Agosto. Una mañana más el sol baja a abrirme los ojos. Hoy brilla con una inusual intensidad. Consigo escapar de la telaraña que el calor a tejido en mi cama.
No aguanto la soledad. No consigo acostumbrarme. Me ducho. El agua al caer quebranta el silencio. Salgo de casa, mi puerta me despide con un chirrido.
Hoy es uno de esos días que te da igual lo que te ocurra, solo quieres que acabe. Mi ánimo, hoy, tenia sueño y se ha quedado en casa.
Camino cabizbajo por el portal. Abro y el cambio lumínico me desorienta durante unos segundos. Hoy el sol se ha tomado su labor muy enserio.
Una extraña sensación me invade tras regresar de mi pequeño shock. Me siento observado. ¿A quién le voy a interesar?. Me froto lo ojos y continúo andando.
Cruzo la calle, hay mucha gente, es hora de dirigirse hacia los respectivos puestos de trabajo. Alguien camina a mi compás, detrás de mi. Imita mis movimientos y toma mi dirección. Me giro, nada.
Me estoy volviendo paranoico. Cruzo el túnel de la avenida, ya nada parece acosarme. No debí trasnochar tanto anoche escribiendo esas cartas a Kivi.
Salgo del túnel y el sol me ataca de nuevo. Algo hay tras de mi, ahora no hay duda. No puede ser coincidencia. Mi templanza llega a su fin, la confusión y el miedo me invade. ¿Qué quieren de mi? ¿Por qué? ¿Quién?
Arranco a correr y, simultáneamente, quien quiera que sea sale disparado también. Me sigue por detrás. Giro las calles, la gente me mira asombrada, casi asustada.
Me meto en un portal y me quedo dentro unos minutos hasta que creo haberlo perdido. Al salir lo tengo a mi izquierda iniciando de nuevo la carrera junto a mi.
Corro con más fuerza, pero parece incansable, no pierde un metro. Subo unas escaleras, desaparece. Pero arriba, al salir, sigue ahí. Menuda pesadilla.
Mi cabeza, obligada por mis piernas, decide rendirse. No hay nada que hacer. Pero antes de parar, tropiezo y caigo redondo al suelo. Se tira tras de mí...
...
Una nube me hace entrar en razón. Mi vida es una mierda...
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Nunca mires atrás,
DaCoX
