La razón, ni me falta, ni me asiste.


Escribo para saber lo que pienso.


............................- DaCoX -..........................

domingo, 19 de mayo de 2013

Tiempo de reflexión

El tiempo no es constante, 
en ocasiones se detiene para reflexionar sobre su propio paso, 
y decidir si aminorar o aumentar la marcha, 
cuestionándose la eternidad.

Y es que,
hasta el mismo tiempo, 
necesita tiempo para reflexionar sobre su propio paso.
~
DaCoX

sábado, 18 de mayo de 2013

Sueños reveladores


Hoy he soñado. Pero más que un sueño, era una revelación de sentimientos que me rondan hace tiempo, y que parecen estar arraigados más hondo de lo que imaginaba. Los temores, o la inseguridad, que parecen, o creo, me están llevando al sentimiento, justificado o no, de desamparo.

La mente es capaz de crear sueños en orden de preferencias emocionalmente conscientes. Pone frente a nosotros la realidad que nos perturba y a la que, en cierto modo, tenemos miedo a enfrentarnos. Nos empuja a la acción a través de imágenes dolorosas y forzosamente motivadoras, a través del miedo del posible cumplimiento en la vigilia.

Somos nuestro peor enemigo, de eso no hay duda. Y la única manera de acabar con esa parte de nosotros, esa parte burlona y vengativa, es terminando con las justificaciones que esta parte de nosotros usa para hacernos daño. Nuestros problemas. Problemas a todos los niveles. De este modo nos dejaremos sin armas para atacarnos.

Aunque visto así, ese enemigo es en realidad el mejor de los amigos. Nos advierte de que algo no funciona bien en nuestras vidas, que tenemos problemas sin resolver, cuya resolución nos acercará un poco más a eso que llaman felicidad. Nos presiona y nos obliga a hacer lo correcto, como un amigo debiera hacer, aunque para ello tenga que herirnos a través de una verdad, tan explícita como dolorosa.

Nuestro subconsciente, a ratos más consciente que nuestro propio yo consciente, nos muestra y nos ayuda a ver lo que no podemos dejar de lado y lo que tenemos que luchar por solucionar. Es nuestra luz, y cuando esa luz no es suficiente, es la mano que nos empuja a actuar en situaciones en la que nuestra parte más humana, se queda paralizada por miedo a las represalias.

.

Forzado a soñar para poder vivir libremente,
DaCoX

domingo, 12 de mayo de 2013

Camino a la felicidad

La gran mayoría de las personas que vacía y mal se siente,
porque usa las cosas para deleitar su corazón,
en lugar de usar su corazón para disfrutar de las cosas.
~
Lin An

sábado, 11 de mayo de 2013

Lo simple es bello porque lo bello es simple


Vienes a mí, y sólo con observarte sé que algo no va bien. Al verte reflejada en mi expresión, no lo soportas y te derrumbas. Me asombro del impacto que tus lágrimas causan en mí, se me revuelven los sentimientos al mismo tiempo que pienso en la belleza que hay tras tu desolación. Me quedo admirándote en un momento así, ¿cómo puede ser?

Porque, a veces, no hay nada más bello que la tristeza, nada más bonito que el caer de una lágrima.

Tu abatimiento me hace pensar, me hace actuar con ternura. Un segundo de tu imagen me hace sentir cosas que toda una vida sería incapaz de mostrarme.

Me rompo en pedazos, pero algo dentro de mí, me hace recomponerme bajo un paralizador sentimiento. Tu cristalina mirada, me hace vencer el dolor que tu rostro provoca en mi alma.

Saco fuerzas y corro el velo de la incomprensión al extender mi mano sobre tu mejilla. Cuatro de mis dedos acarician y comprenden tu tristeza, el otro la aparta de tu ojo.

Te miro con profundidad, con amor. Tu dolor es mi dolor, e intento cargar con las cicatrices para que no caigas en el recuerdo y seas así, capaz de brindarme la mejor de tus sonrisas. Aunque la peor en estos momentos me valga, aunque la peor a mi siempre me sirviera, siendo superior a la mejor carcajada que el mundo me pudiera brindar, sé que para ti no es suficiente y me trago mi egoísmo.

Con mi mano ya extendida, rebusco entre tu pelo, para acabar retrocediendo a aferrarme con fuerza a tu mejilla de nuevo. De mi pecho sale un pálpito que llega hasta tus oídos, tus párpados caen, un escalofrío recorre tu cuerpo y tus párpados se alzan de nuevo.

...

Tus ojos son hermosos y desoladores, bellos en tristeza. Son como rosas cabizbajas, mojadas por el rocío de lo que fuere una feroz tempestad, dentro del negro paisaje que deja tras de si una tormenta, cuyo único objetivo es dar vida a través de sus duros golpes a la tierra. Dolor y desolación, que se volverán vida con el primer rayo de sol por bandera.

Yo no soy vida, como podría serlo si me nutro de la tuya, si me alimento de tu mirada. Sólo soy el rayo que te indica que la tormenta ha pasado. Y si el rocío aun moja tus pensamientos, secaré tus lágrimas con mis manos y tus penas con mis labios.

Sólo soy una partícula de luz que ha descubierto el color en una rosa entre un millón, mi rosa, que menos que dejarme la vida en hacerte brillar. Sin ti solo soy un haz de luz trasparente que vaga por el aire, que está más cerca de la oscuridad que de la propia luz.

...

Mi otro brazo acude en tu ayuda, mi mano acaricia tu frente y se desliza por tu pelo, colocándolo tras tu oreja, la cual recorro y acorralo entre mis dedos para después dejar libre, apoyando la palma de mi mano sobre tu otra mejilla.

Te miro con tanto amor, que cierras los ojos como si me hubiera metido en tu interior, y sin mover mis manos de lugar, deslizo mis dedos por tus párpados humedecidos por el rocío, de tu ya extinguido llanto.

Cuando los abres, que preciosos...

Cuando me miran, que dolor....

Ese dolor es al que llaman vida, la vida que tú me das, la vida que solo el amor puede ofrecer y que yo he encontrado en ti.

El dolor se agudiza transformándose en una explosión de sensaciones, entre las cuales aparece un inmenso placer. Una sonrisa ha salido de tus labios y tus ojos decaídos se alzan, brillan entre unas arrugas que dan paso al níveo ejercito que tus atribulados labios tenían cautivo.

Beso tu sonrisa, siento tus dientes, y soy feliz. El cielo se ha despejado, las últimas gotas de rocío se desprenden de tus pétalos, dándole a la tierra el último suspiro de vida que necesita. Tu tallo se despereza y alza la vista buscando el sol que tanto ansiaba, y que yo jamás te pude dar.

El sol. Lo sepas o no, es algo que nunca te podré prometer. Yo solo soy un pequeño haz de luz, un pequeño haz de luz que rebusca en la noche y en días oscuros en los que el sol es preso, con la esperanza de poder ofrecerte algo de brillo en días nublos, en noches de luna ausente.

Puede ser más o menos de lo que cualquier otra persona te pueda ofrecer, pero lo que te puedo asegurar es que es puro y claro como el agua que a veces ahoga tus raíces, pero que no hace sino hacerlas crecer y colmarlas de un esperanzador futuro.

Todo se reduce a lucha, esperanza, confianza y amor.

Simpleza.

La belleza y la pureza se encuentran en lo simple.

Es sencillo. Simplemente estoy ahí y sufro contigo, porque no es complicado de entender, simplemente te amo.

El amor está en todas las cosas, se encuentra en todo lugar donde tu mirada decida ponerlo.

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El mundo siempre te devuelve la mirada,
DaCoX


miércoles, 8 de mayo de 2013

Redención (parte 2)



...

Todos esperan que diga algo.

Con el arma aun en la mano, apuntando al suelo, cierra con fuerza el otro puño. Mira a todos por encima del hombro. Sonríe...

Empuña el revólver con seguridad, mientras lo levanta con decisión. Comienza a carcajear de manera oscura e histérica, mientras apunta a su propia cabeza. Las gotas que caen de su frente y las que se deslizan por el cañón de su aliada, crean ondas a sus pies que hacen tambalear el cielo.

Calla de golpe, sin dejar que su risa se agote. Estira el brazo...

...

Estruendo. 

Las nubes ahora son solo silenciosos testigos. Ven como un hombre comienza a disparar, de manera arbitraria, contra sus semejantes. La locura, se ve reflejada en la tranquilidad a la hora de acabar con la vida de todo el que le viene en gana.

Un prematuro sol comienza a salir, para ver la escena que se comenta de astro en astro. Las nubes se apartan para dejar paso a un curioso sol.

El rey de los astros eclipsa a la luna, y se queda observando unos segundos. Queda perplejo y continúa su ciclo hasta, minutos después, desaparecer. El panorama no es digno de sus rayos, no es lienzo para tan cruel obra.

La situación vuelve a ser la misma de antes de que llegara la luz. Pero esta vez, las nubes no lo soportan más y explotan. Retumba hasta la tierra, el sonido desquebraja los edificios y el agua, furiosa, inunda las calles. Los flashes, cada vez más intermitentes, no dejan sitio a la oscuridad.

La luna, asustada, se mantiene al margen. Se limita a observar a un planeta falto de cordura.

...

En el suelo, un revólver. En las manos de aquel maníaco, otros dos. Uno más al suelo. Saca otro de la espalda. Mirada serena. Rostro inquietante.

Unos corren, otros quedan atónitos. Otros muchos, los que caen al suelo, avanzan contra él.

Una última bala retumba en el cráneo, del que para él era tan solo uno más. Un encarnado suelo le rodea, y su ropa está estampada de dolor, de sufrimiento, de fin...

Voces desgarradoras, que cortan la lluvia a su paso, le acechan. Quieren acabar con la bestia que ha cambiado el rumbo de un día que les pertenecía.

Con los hombros agachados y la mirada puesta en sus pies ahogados en tintas aguas, baja lentamente unos brazos, por los que parece que lentamente la sangre deja de fluir, hasta que, colgaderos, dejan caer las humeantes armas.

...

Mientras sus armas se hunden, unas gotas saltan desafiando la dirección de la lluvia. Cortan su trayectoria y se confunden entre las gotas que caen, eliminando así su pureza y tiñendo de rojo un agua que jamás supo lo que es el color.
Finalmente, vuelven a bajar para morir en el propio charco que les dio la vida.

Pero justo antes de desaparecer como lo que son, y acabar formando parte de un todo, al mirar hacia arriba, logran ver el inicio de lo que parece un claro final…

...


...

Mira fijamente al suelo, se abre de brazos con las palmas de sus manos hacia arriba, sonríe de nuevo. Levanta la cabeza y deja que decenas de personas se abalancen sobre él. Cae de espaldas, y sin perder la sonrisa, su cuerpo se hunde entre los restos de lo que fue vida y después llanto.

Una vez sumergido, su cuerpo se disuelve en el agua tiñéndola, en toda su extensión, de un inmaculado  y brillante blanco. Los atacantes, perplejos, se miran unos a otros dejando hablar al silencio.

Un segundo más tarde, todo ser viviente que pudiera encontrarse bajo el cielo, cae desplomado sobre aquella misteriosa mezcla de aspecto tan puro.


Las nubes se disipan…
La luna huye, y las estrellas la siguen con temor…
El sol decide pasar sus días en su nocturno escondite…
El cielo descansa, y deja de reflejar el mar en sus entrañas…

Fue aquel día, aquella noche que dejó de ser una más de entre tantas, para convertirse en la última y más importante de las noches: la que alargaría sus horas e impondría su oscuridad por toda la eternidad…

~

El mundo por fin calla, tantos años de decadencia, tantos años de palabras vacías. La humanidad había logrado acabar con toda belleza, ya no existían las palabras, no había nada que decir, no sabían que decir. Bocas que escupían y escupían sin decir nada que mereciera la pena escuchar o recordar. Ni siquiera existía la locura, era catalogada como “grave enfermedad” y erradicada. Ya solo existía la estupidez, nadie pudo imaginar que se propagaría de tal manera. Y quién imaginaría que sería extendida por las pocas mentes sanas que quedaban, invirtiendo sus esfuerzos en la tecnología y la comunicación, cuyo resultado no era más que incomunicación. Pronto toda la información, tanto saber, tantas facilidades; no crearon otra cosa que saturación, y por consiguiente, el rechazo global a todo ese mundo de posibilidades que decía llegar en nombre de la evolución. Pero involución, con el paso de los años solo se creó involución, morbo, ignorancia. Las minorías que lograron salvarse, acabaron cayendo por miedo a la soledad. Destruimos el mundo, destruimos nuestro propio hogar. Por eso solo había una manera de volver atrás:

… una hoja en blanco que jamás podría ser leída por nadie.


El silencio toma el protagonismo, y comienza a narrar la interminable historia sin final que es el fin.

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¿Hombre o bestia?,
DaCoX

martes, 7 de mayo de 2013

Redención (parte 1)



Cae la noche una vez más. Pero, esta vez, con ella llega todo un ejército de etéreos navegantes. Una vez en sus posiciones, comienzan a tirar el botín recogido por la borda. Los que no están de acuerdo, inician un ataque aliado. Desde abajo se escuchan los cañonazos entre la propia bruma.

...

Tráfico, mucho tráfico. Coches forrados por el agua inmersos en un gris paisaje. Gente que se dirige a todas partes, ¿vienen o van?...

Sorprende tanto ajetreo a medianoche, y más aun, en una tan triste. En el cielo no brilla ni una sola estrella, está encapotado por densas nubes.

De repente, el tiempo se detiene. La luna brilla a través de las nubes. Su intensidad rompe toda barrera e ilumina una ciudad que comienza a despertar en plena noche.

Tras un fuerte estruendo de las nubes, se produce un fugaz silencio que estalla en un conjunto y simultaneo grito de euforia.

...

Ha llegado. Hoy es el día...

...

La metrópoli es asaltada por cada una de sus arterias. Se abarrota hasta el último rincón. La vida se detiene, en las calles la gente no hace otra cosa que saltar y abrazarse de alegría.

Los gritos bloquean cualquier sonido que pudiera producirse. El ruido de la muchedumbre llega a ridiculizar los duros azotes de las nubes. Los truenos ya no se pueden oír, y los relámpagos simplemente parecen inmortalizar el momento que allí abajo se vive.

...

La naturaleza enfurece y las nubes se golpean con rabia. Truena y retruena. Pese a ser ensordecedor, lo que abajo se vive es aún más asombroso.
El agua cae cada vez con más fuerza y la cantidad caída cubre ya a un palmo del suelo.

La luna también realiza su labor con más esmero. Su luz reflejada en la cortina de agua, casi impide mantener los ojos abiertos.

...

Solo un hombre parece mantener la cordura. Camina impasible entre la eufórica multitud.

Nadie le atiende, pese a ser el único que parece ajeno a lo que parece suceder.

Es el único, que cierra los ojos por el cegador reflejo de la luna que rebota en el incesante desangrar de las nubes.

Es el único, que siente la humedad que le cala los huesos.

Es el único, al que los oídos le dicen basta.

Es el único, que parece preocupado por el nivel del agua.

Pese a todo esto, posee una pasmosa tranquilidad. Saca un mechero, y en medio de tanto surrealismo, se enciende un cigarro. Fuma y continúa caminando.

Tras unos minutos, se detiene. Mira hacia el suelo. Mete la mano en el interior de su gabardina, y de su pecho saca un arma...

La mira, mira al cielo, y dispara...

Los más cercanos a él, callan al fin. Inmóviles le observan.

El silencio y el asombro se contagian. En pocos segundos su alrededor se silencia. Ahora tan solo se oyen algunos murmullos en la lejanía.

Con un segundo disparo, la avenida queda silenciada por completo.

Todos le miran...

...

Las nubes reciben el balazo que ascendía por el aire. Dejan de pelear...

Y la segunda bala, parece taponar la fuga que estaba empapando la ciudad.

Un solo hombre es ahora el centro de atención de todo lo que le rodea. Hasta la luna, acobardada, ha dejado de brillar.

...

Continuará...