El problema de esta metáfora es que paradójicamente los plebeyos cada vez somos menos. Ser plebeyo no significa ser un infeliz. Verdad es que se pasan momentos difíciles y de sufrimiento pero estos forman parte de la vida, estos son la vida. La plebe se relaciona y se expresa con claridad y sinceramente, son como son, se comportan como desean comportarse y no como les han dicho que deben hacerlo. Mientras que, tanto la "gran nobleza" como los "grandes guerreros" se esconden tras su poder, se comportan de manera que puedan sobrevivir, de manera que puedan mantener su mentira a salvo. Ganan adeptos fácilmente, ya que son atraídos por el poder de la máscara. Con ella son tratados bien, hipócritamente bien, pero eso poco importa. Pasan a formar parte de ese falso mundo, “feliz”, pero falso al fin y al cabo.
Pero pese a poseer gran reconocimiento social, gran prestigio y gran cantidad de seguidores ganados hazaña tras hazaña, los guerreros son seres solitarios, tras su máscara se esconde la mismísima cara de la soledad. Esto les hace entrar en una situación de le que nunca o difícilmente podrán salir. Quiero decir: sin su máscara no son nadie, pues no han mostrado ningún interés en dar a conocer su verdadero rostro, su verdadero yo. Por eso se sienten extraños, desplazados, solos sin su máscara. Nadie les reconoce. A nadie les interesa.
Entre guerreros todo es maravilloso, todos alardean de sus triunfitos, con el yelmo cubriendo su cara todos son iguales, todos se tratan de igual modo, no hay problemas. De igual modo desprecian a los insolentes que osan llevar la cara descubierta e intentan ser ellos mismos.
Muchas de estas personas se acaban creyendo su propia mentira, y viven en su mundo de pseudo-felicidad con total tranquilidad (tienen poder y fama, ¿qué más pueden pedir?). Sin darse cuenta que han enterrado a su verdadero yo y ahora no saben ni que existe. Este es el gran peligro que tiene la mascara, puede acabar apoderándose de ti. He aquí la conclusión: ¿es esto para ti un inconveniente?... Choose your fate.
Muchos de estos seguidores se dejan convencer por esta demagogia y acaban convirtiéndose en uno de ellos. Consiguiendo así formar parte de la gran mentira que mueve el mundo.
Por eso yo prefiero seguir perteneciendo a la plebe, aunque seamos pocos y aunque, sin duda, cada vez seremos menos; pero al menos nosotros "si vivimos".
Puede que en algunos momentos de mi vida me haya comportado de la manera que crítico. Puede que me haya comportado como ellos pero la gran diferencia es que yo tengo las ideas muy claras. Yo si sé lo que quiero, yo si se lo que soy. Lo tengo muy claro.
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El siempre cara descubierta,
DaCoX
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