La razón, ni me falta, ni me asiste.


Escribo para saber lo que pienso.


............................- DaCoX -..........................

martes, 25 de mayo de 2010

Es difícil arreglárselas sólo con una sonrisa



Letra de Wild World

Lalalalalala...

Now that I've lost everything to you
You say you wanna start something new
And it's breakin' my heart you're leavin'
Baby, I'm grievin'
But if you wanna leave, take good care
Hope you have a lot of nice things to wear
But then a lot of nice things turn bad out there

CHORUS:
Oh, baby, baby, it's a wild world
It's hard to get by just upon a smile
Oh, baby, baby, it's a wild world
and I'll always remember you like a child, girl

You know I've seen a lot of what the world can do
And it's breakin' my heart in two
Because I never wanna see you sad, girl
Don't be a bad girl
But if you wanna leave, take good care
Hope you make a lot of nice friends out there
But just remember there's a lot of bad and beware

CHORUS

Lalalalala....

Baby, I love you
But if you wanna leave, take good care
Hope you make a lot of nice friends out there
But just remember there's a lot of bad and beware

CHORUS (x2)


.

Oh baby, baby, take good care;
DaCoX

sábado, 13 de marzo de 2010

Nada

Me quedo fijamente mirando nada... la nada, el nada, no sabemos... pues nada es. Me veo a mi mismo nadando...en ella dirían, pues en él yo diré. Nadando en nada... nada en nada el que nada siente.

Tienes un buen o mal día, duermes, y nada...
Sueñas y crees estar viendo y viviendo, pero tus ojos: cerrados; ¿y tú? más cerca de la muerte que de la vida.

No hay nada, solo una cosa que muy pocos ven... pero tú crees ver algo, crees que existe...

Luego despiertas, y crees que existes...

...

¿De dónde venimos? Haz lo imposible, haz una estupidez y recorre todo el camino hacia detrás.

Luego ten el valor de crear ,y de nada ver algo, caminando hacia delante más rapido que tus propios pasos, que los pasos de la humanidad, del mundo en que te dijeron que vivías.

¿Qué ves? Nada en el pasado, y nada en el futuro.

Lo que nunca empezó, nunca podrá acabar. De la nada, nada; y de nada... tú decides.

Tú ahora, no mañana... Tú ahora, no ayer...

Ayer, ya nada. Hoy, nada mañana. Mañana, tú, solo tú; luego nada.

...

Nada es lo que nos hace algo cuando lo rompemos por un instante. Aunque ese algo acaba en nada, como todo lo que vemos pasar. Pero mientras ese algo sea nuestro, durante ese pequeño momento imperceptible, nada nos lo podra quitar...de hecho sí, nada nos lo quitará, pero habra sido más valioso que nada.

Todos estamos desnudos ante el gran abismo que nos acoge en su interior, nada somos y nada tenemos. Y como somos nada, nuestra es la capacidad de crear caminos y momentos que dejen grietas temporales en el nada. El nada siempre aparecerá, pero cada día crearemos momentos más fuertes que dejen huellas más fuertes hasta que un día podramos decir que nosotros asomamos la cabeza y que alguna vez hubo algo.

...

Nada más que decir, pues realmente no he dicho nada...

.

Algo más que nada por momentos,
DaCoX

miércoles, 10 de marzo de 2010

No más mañanas

Suena el despertador: 7:30 am.

Comienza un nuevo día, pero como cada mañana decides retrasarlo unos minutos más...

El despertador suena de nuevo: 7:45 am.

Ahora sí, tras vacilar algunos segundos más, comienza para ti un “nuevo” día. Te peleas con las sabanas hasta que consigues salir de debajo de ellas.

Apoyas primero el pie derecho en el suelo con la inconsciente esperanza de que, por una vez, las cosas te salgan bien. Buscas la zapatilla, que como siempre está debajo de la cama o la mesita, así que al final acabas apoyando y enfundando el pie izquierdo. Te agachas a buscar la otra zapatilla, no sin antes golpearte con la mesita en el pie descalzo, dar los buenos días a los vecinos con un eufórico grito, saludar a la mesita con un par de caricias mañaneras y auto regalarte un par de amables palabras.

Sales de la habitación y te diriges al baño mientras te frotas los ojos con las manos. Te esfuerzas e intentas dejar de lado tus fantasías de posibles retornos a la cama. Golpeas el interruptor del baño, entrecierras los ojos y luchas por acostumbrarte a la luz que te señala con burla. Al acercarte a la taza del váter para mear, te planteas la posibilidad de hacerlo sentado. Recuerdas aquel día en que te despertaste minutos después aun sentado en la taza, y decides hacerlo de pie, cuando ya prácticamente habías terminado. Te miras en el espejo, te maldices un par de veces y te mojas la cara esperando que cambie tu humor. El cambio no se produce y sales del baño hacía algún otro lugar.

Te planteas dos posibilidades: desayunar y vestirte ò vestirte y luego desayunar. Recuerdas aquel día (aquellos días), en que optaste por desayunar primero, lo cual te dio tiempo para pensar y decidir que hoy podías permitirte el lujo de quedarte durmiendo y eludir responsabilidades. Vas a tu cuarto de nuevo, abres el armario, das gracias a dios por no ser mujer, y te pones lo primero que pillas, o mejor dicho, lo poco que te queda limpio. Mientras te acabas de atar las zapatillas, con el pie dolorido, le das las gracias a tu mesita por hacerte sentir humano.

Una vez en la cocina, abres la nevera, coges el cartón de leche, lo agitas y descubres que apenas queda. Tienes fe, como siempre, y piensas que llegará para llenar un vaso, pero como siempre, el vaso queda a la mitad. Te cagas en la puta y metes el vaso en el microondas. Mientras se calienta, estiras el brazo y abres el mueble para ver que desayunar. Al abrirlo, ves que está vacío y decides que no tienes hambre.

De repente, te acuerdas que anoche, una vez más, no preparaste las cosas para el presente día. Vas de nuevo a la habitación y prescindes de la mayoría de las cosas para no llevar mucho peso en la mochila. Organizas también un poco el escritorio y te sientes satisfecho, hasta que de tu boca sale: ¡mierda la leche! La sacas del microondas, te quemas la mano, y no contento con esto luego soplas, la pruebas, y te quemas la lengua.


Te resignas apretando los dientes y cerrando los ojos dejas a un lado la leche. Coges tus cosas y abandonas la casa. Al girar la llave en la cerradura, intentas que todo lo ocurrido quede encerrado en el interior. Mientras esperas el ascensor, te fuerzas a creer que el día comienza ahora, y nada ha pasado minutos atrás. Intentas ignorar el dolor de tu pie derecho y la insensibilidad de tu lengua. Continúas esperando el ascensor…

Algún gilipollas lo retiene. Forzado, decides bajar a pie, total son solo cuatro pisos... Bajas…no te duele el pie, no te duele, no duele…
Bajas con más rapidez para auto convencerte de que hace treinta minutos no te golpeaste el pie. Al llegar al tercero, te encuentras al vecino del perro cabrón que siempre que te ve te ladra e intenta morderte. Encima el dueño siempre te dice que no te preocupes, que no hace nada, es solo que no te conoce y se alarma. Estás seguro de que eres el tío del vecindario con el que más se ha cruzado el puto perro y además, al único que ladra e intenta atacar, pero en fin…

Los dejas esperando el ascensor y tú sigues escaleras abajo. En el segundo piso, está “la señora del segundo”, intentas bajar rápido y que no te vea, pero obviamente no sirve de nada. Te saluda y te dice que qué casualidad el cruzaros porque tenía que comentarme una cosa. Te recuerda, con tono prepotente y amenazante, que ayer tenías la música muy alta. Exagerando, dice que el patio retumbaba y que has de tener en cuenta que allí viven más personas y que tienen que descansar.

De repente se abre la puerta del ascensor y ahí está “la del quinto”, que saluda efusivamente a “la del segundo”, ignorando tu presencia, y le pregunta que si baja. Ella le responde que sí, que solo me estaba comentando lo del “problemilla de la música”. Ambas se ponen a hablar sobre ello y a arremeter en tu contra diciendo: “sí hombre, es que eso no está bien, tienes que pensar en que somos más vecinos y no es cuestión de molestar a esas horas de esa manera…” Aprovechas tu prisa y tus pocas ganas de discutir para cortarlas y darles la razón, prometiendo que no volverá a ocurrir.

Te diriges a las escaleras evitándolas. Llegas al portal y cuando abres la puerta para salir a la calle ves un cartel informativo:
“Hoy 13 de Febrero a partir de las 8:30 am se cortará el agua por problemas técnicos en las cañerías hasta la 1 del mediodía de mañana. Disculpen las molestias”.

En ese momento, te acuerdas inmediatamente de que hoy era el día que por fin habías podido quedar con la chica que tanto te gusta para ir al cine y tomar algo. Esta mañana te has levantado demasiado tarde para que te diera tiempo a ducharte. Anoche decidiste dejarlo para hoy, porque simplemente no te apetecía, que lo harías por la mañana o mejor antes de ir al cine para estar perfecto para tu cita. El sábado, como no saliste, al final ni te duchaste. Cuando te viene a la cabeza que el último día que te duchaste fue el viernes antes de ir a clase, y piensas que por una vez el puto chucho podía tener motivos para ladrarte de esa manera, se abre el ascensor.


Sales disparado por miedo a cruzarte con esas brujas de nuevo. Abres, giras hacia la izquierda y sientes que has pisado algo. Es lo que imaginas. Y unos metros más adelante se encuentra tu simpático amigo de cuatro patas. Ya no ladra, solo te mira…

Te limpias como puedes y sigues corriendo. Ves el autobús. Corres. Gritas. Lo pierdes.
Coges el siguiente y llegas veinte minutos tarde a clase.

Una vez allí, ves que no hay nadie en el aula. Te sientas en la mesa, confuso e inmóvil, piensas. Recuerdas que hoy a primera hora no había clase, lo anunció el profesor la pasaba clase...

Te levantas, lanzas la mochila contra la pizarra, gritas y derribas la mesa de una patada. Una vez en el suelo, la miras. Luego miras por la ventana y el sol te deslumbra. Sonríes levemente, y acabas riendo de incredibilidad…

Qué buena mañana hace y que gran día te espera…



Otro día más se te niega la posibilidad de continuar soñando. Nunca te gustaron las mañanas, solo las vivías porque el mundo te obligaba a hacerlo. Siempre preferiste pasar tus horas coqueteando con la luna, y serle infiel al prepotente sol. Y si pasabas tiempo con él, preferías hacerlo cuando estuviera lo más alto y lejos posible, cuando ya solo le quedaran fuerzas para ocultarse, y así evitar escuchar sus quejas...

...

La luna, mi amante,
DaCoX