Historia de la noche

Miro directamente al sol y desafío a las estrellas a salir a plena luz del día. Al no obtener respuesta, grito y maldigo su cobardía por esconderse en la oscura noche.

Si son tan divinas, ¿por qué no pueden caminar por el día como ella?

No son más que su reflejo en el cielo...

Vuelo para agarrarlas con firmeza, y obligarlas a bajar del altar donde no merecen estar.

Desde arriba, parpadean y entornan los ojos para ver si alcanzan a verla. Pero solo consiguen crear un haz de luz intermitente, que representa su fracaso.

Al llegar el día tienen la oportunidad de contemplarla. Saben que podrían hacerlo, pero en el fondo tienen miedo de verla y que su propio ego las hunda.

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Antaño, algunas bajaron tímidamente envueltas en sombras, hasta acercarse al planeta que las observa con asombro. Desde ahí, miraban fugazmente a la mujer que envidian, intentando imitar su belleza.

Milésimas de segundo después caían frustradas. Y con su imagen aún caliente, rozaban la tierra y concedían deseos de amor a todo aquel que viera su rostro. Nunca más se las volvía a ver.

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La luna es la única que una vez reunió el valor suficiente, para salir a plena luz del día a comprobar lo que en el universo se rumorea.

Cuando lo hizo, se interpuso entre el sol y la tierra para que nada nublase su vista. Pero quedó tan escarmentada que no se la ha vuelto a ver a pleno día.

Desde entonces, todas las noches el sol la alumbra como venganza por invadir su tiempo. Para que así, todos puedan ver el rostro desconsolado que ese día grabó en ella.

Dejó de ser anónima, todas las noches si alzamos la vista podemos observarla llorar. Parece despedazarse de tristeza, mientras el sol continua humillándola con sus rayos.

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Por eso hay noches tristes...
La luna nos baña con sus desconsoladoras lágrimas y nos hace recordar...

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Mirad al cielo y negad su existencia,
DaCoX