La razón, ni me falta, ni me asiste.


Escribo para saber lo que pienso.


............................- DaCoX -..........................

miércoles, 11 de abril de 2012

Cuerpos vacíos


¿Hacia dónde mira una persona sin objetivos?

Vagará sin rumbo, sueños ni esperanzas; será una persona momificada por su propia pasividad y su falta de determinación. Solo quedará esperar el único objetivo presente en su vida y que le ha sido impuesto por naturaleza, la muerte. O quizá ese también esté ausente por una muerte en vida, previa a cualquier descomposición orgánica, aunque posterior a la parálisis de cualquier posibilidad de una vida psíquica.

Puede que el despertar de su alma cuando llegue la hora de partir sea lo único que le recuerde que albergaba vida, y que esta, estuvo ahí todo el tiempo. Y es que hay almas que nacen dormidas y únicamente despiertan cuando se deshacen de su lastre; otras en cambio, despiertan junto con la mirada y se apagan cuando esta se extingue inevitablemente.

Ahí reside la diferencia, en la huella que dejamos tras nosotros...
Lo que fuimos, hicimos y amamos durante nuestra vida y la marca que dejamos en el mundo junto a la gente que aún forja su hendidura.
O lo que dejamos de ser, dejamos de hacer y dejamos de amar durante nuestra supuesta vida por ser temerosos y dejarnos vencer por la sombra de la frustración y del fracaso.

En nuestra mano está el decidir si dejar tras nosotros únicamente un cuerpo olvidado y sepultado bajo la tierra, dejando que un alma repleta de vida sea absorbida y destruida por el universo; o si por el contrario exprimimos cada ápice de vida dejando tras nosotros nuestra alma repartida en cada una de las cosas que fuimos y sobre cada una de las cosas que amamos, dejándole al universo la basura que es nuestro cuerpo con apenas un suspiro de nuestra esencia.

Si esperas demasiado tu momento, el momento pasa y aún sigues inmóvil, y para cuando reaccionas ya es demasiado tarde y te mueves intentando retroceder, cuando el único movimiento que te queda es el movimiento de los ojos y el dilatar de las pupilas que se produce en el pequeño instante que existe tras escuchar el "jaque" hasta que te golpea el sentenciador sonido del "mate".

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Jugando mi partida,
DaCoX

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