La razón, ni me falta, ni me asiste.


Escribo para saber lo que pienso.


............................- DaCoX -..........................

lunes, 16 de abril de 2012

Yo, enemigo


Despierto y es casi la hora de comer, no sonó o no lo deje sonar, tengo que dejar de trasnochar. Caigo abatido por mis reflexiones y duermo unos segundos más. Despierto y ahora sí, me levanto.

Con cierto retraso me llega una sensación de malestar e inseguridad. Me siento invadido, y al indagar recuerdo que es causa de mi último sueño, ese de tan solo unos segundos pero en el que tanto ha ocurrido.



¿Por qué me duele si es solo un sueño? Quizá sea por eso, es un sueño, y acaba mal. ¿Quién quiere que sus sueños acaben mal? Soñar perdería su sentido si sabemos su final y descubrimos que serán en vano.

Son los miedos. Pánico a que algo que siempre has soñado despierto termine de forma trágica en tu inconsciente. Y lo peor es que sabes que eres tú mismo el que te estás condenando a ese final, porque inconscientemente tu inconsciente es la parte más consciente de tu mente.

Nuestros miedos siempre salen a flote, y no es necesario que venga nadie a recordárnoslo, es nuestra propia mente la que nos lo muestra. Tenemos una mente autodestructiva en cierto modo. Nos expone a nuestros miedos y nos recuerda cada segundo las consecuencias de nuestro posible fracaso. Y cuando conseguimos evadir esos pensamientos, cuando creemos tener todo bajo control, nos dormimos. Y es en los sueños, donde todo escapa a nuestro control, donde nuestra mente nos usa como marionetas para mostrarnos la realidad que no queremos imaginar o recuerdos que no queremos desenterrar.

El inconsciente, ese que sería un grandioso aliado si pudiéramos tener el más mínimo control sobre él. Pero sin poder sobre él somos víctimas de sus fechorías. Manipula nuestros recuerdos, desentierra fobias, crea nuevas, y forja un futuro en el que jamás querríamos vivir o en el que nunca llegaremos a vivir.

Nuestro mayor enemigo es imperceptible a los sentidos y está en nuestro interior. Por eso, si tan siquiera podemos controlar nuestra vida, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, en definitiva nuestro consciente; cómo vamos a poder luchar por la hegemonía de nuestros sueños y por la autonomía de construir nuestro propio futuro con sueños a los que nuestro propio yo no arroje sombras que supongan barreras y miedos para su consecución.

En la vida nos encontraremos con muchos obstáculos exteriores a los que deberemos hacer frente, y éstos de por si ya son bastante duros. Por eso debemos tener presente quiénes somos, cómo somos y de qué somos capaces. Conocernos al milímetro, nuestras fortalezas y nuestras debilidades, y lo que es más difícil, asumirlas. Asumir nuestros miedos y nuestras inseguridades, ser conscientes de que están ahí y saber cómo combatirlas. De esta manera no dejaremos nada a nuestro inconsciente para que nos ataque e intente acorralarnos en su mundo, y que eso acabe calando en el nuestro.

Porque recordad que no hay nadie que sea capaz de atacarnos con tanta dureza como nosotros mismos, y si somos capaces de controlar eso, nada en el exterior podrá hacernos daño ni interponerse entre nosotros y nuestros sueños.

.

En continuo autoconocimiento,
DaCoX




No hay comentarios: