¿Cuánto dura el amor? ¿Cuándo pasa el amor a ser cariño? ¿El amor muere, o es asesinado? ¿Existe la persona definitiva, capaz de acompañarnos toda la vida sin hacernos dudar?
Nos pasamos la vida buscando nuestro reflejo en el espejo, pero cuando lo encontramos, nos arrepentimos. Entonces nos autoconvencemos de que nos equivocábamos, y comenzamos a buscar a una persona a nuestro mismo lado del espejo, que complemente nuestro reflejo consiguiendo la imagen deseada. Pero nos terminamos cansando de esa imagen, se desgasta en nuestras retinas y nos planteamos si ese era el lienzo que merecía ser mostrado y conservado de por vida.
Nuestro error es la complejidad, es el buscar, el pensar, incluso el esperar. El secreto consiste en vivir. Andar por la vida, haciendo lo que ésta nos pide, hasta cruzarnos con otra persona que se dedique a lo mismo, con la misma intensidad y con las mismas inquietudes que nosotros.
El fluir de nuestros seres intercambiarán la energía necesaria hasta entremezclarse en un sentimiento que será el correcto. Las miradas llevarán al intercambio de conocimiento, aficiones y, lo más importante, sonrisas. La sonrisa es el último paso en el proceso, el que lleva a un final en el que descubres que eres feliz. Y si lo eres, ya no tienes que plantearte nada más, no hay más cuestiones, no hay por qué dudar. Porque para que haya felicidad ha de existir amor. Y aunque nos lleguemos a plantear si nuestro amor sigue ahí o se fue, si seguimos sonriendo y nuestra felicidad sigue estando, no hay por qué plantearse que hay o deja de haber.
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Esperando tropezarme contigo,
DaCoX
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