La razón, ni me falta, ni me asiste.


Escribo para saber lo que pienso.


............................- DaCoX -..........................

jueves, 21 de febrero de 2013

Olvido


¿Existe el olvido?

Creo en la lucha contra pensamientos inevitables. Incluso en la sepultura de recuerdos, a los que queriendo condenar al olvido, tan solo podemos enterrarlos e inscribir un epitafio que nos recuerde el "olvido" que allí se oculta. Pero no creo en el olvido.

El olvido es irrecordable por definición. Cuando recordamos aquello que llamamos olvido estamos leyendo el epitafio de un recuerdo enterrado. Por muy hondo que se encuentre, está ahí, e incluso su reminiscencia puede ser más poderosa que la del recuerdo del día anterior. ¿Cómo puede el olvido ser el más potente de los recuerdos?

El ser humano no olvida. Aparta, desplaza, oculta o entierra; pero no olvida. Olvidar no es sino una predisposición continua. Intentamos convencernos y engañarnos a nosotros mismos, prometiéndonos un fin tan inalcanzable como es el olvido. Y cuanto más nos repetimos un olvido, más crece como recuerdo,

Son recuerdos disfrazados de olvido. Recuerdos que no queremos recordar, pero que en nuestro afán por dejar de recordarlos, los recordamos más a menudo que los propios recuerdos.

El olvido es un engaño, ni existe, ni es un buen recurso. ¿Por que iba a ser un buen recurso recurrir a un método ineficaz, cuya ineficacia reside en la falsa creencia de que es algo que existe? No es lógico tomar un camino tapiado, que no es camino.

Lo mejor que podemos hacer es recordar. No usar, eso que llaman olvido, como salida a pensamientos, sentimientos o situaciones pasadas que nos atormentan. Debemos almacenar cada uno de los recuerdos en nuestra memoria, sin temor a que nos invadan. Organizar nuestra mente en recuerdos agradables y recuerdos desagradables, aceptándolos por igual.

Estos nos pueden servir de utilidad en un futuro. Tenerlos al alcance para poder "consultarlos" en momentos semejantes o ambiguos para reducir la probabilidad de caer en errores presentes y futuros. Acrecentando los recuerdos agradables y dejando que los desagradables cojan polvo, sin miedo a tener que desempolvarlos en algún momento de nuestra vida, o incluso a tener que añadir nuevos tomos.

Además debemos tener en cuenta que la experiencia, en mayor medida, se forma de estos últimos, los desagradables. Y la experiencia es el sinónimo de nuestro yo. Somos experiencia. La experiencia es aprendizaje, personalidad, carácter, sabiduría; vida en definitiva.

En cuanto a sucesos traumáticos, más de lo mismo. Aunque su almacenaje en la memoria es más peligroso para nuestra integridad, es peor optar por "el olvido". Su única función es bloquear. Y los bloqueos que producen estos tipos de recuerdos abocados al olvido, son más peligrosos para nuestra salud mental, que el propio recuerdo de estos. Hemos de integrarlos en nuestra memoria de una manera sana, aceptarlos y ser conscientes de la repercusión de estos en nuestra vida sin flagelarnos ni dejar que nos torturen.

Obviamente, hay que tener en cuenta que esto no es nada fácil. El camino fácil y rápido es el del "olvido". El del recuerdo sano puede durar meses e incluso años, pero en su dificultad reside su eficacia. La integración y aceptación de cada uno de los recuerdos malos o traumáticos en nuestro yo, es lo que va formando día a día nuestra personalidad, proporcionándonos la fortaleza necesaria para afrontar nuevos retos o situaciones adversas, las cuales con el tiempo, lo serán menos. Ganaremos la habilidad de soportar, e incluso evitar, situaciones hostiles, muchas de las cuales en otro momento de nuestras vidas nos habría deshecho. El "olvido" tiene el efecto contrario, no nos fortalece nada, e incluso llega a hacernos más vulnerables ante situaciones de riesgo, tanto físico como psicológico.

El olvido es un error. El error del cobarde. El recurso del mendigo mental. Debemos recurrir a otras estrategias más efectivas e integrales. Ser conscientes en todo momento de que sufriremos y de que debemos sufrir porque no hay otro camino posible hacia la felicidad. La felicidad pasa por el sufrimiento. El olvido es el camino fácil, hacía la felicidad temporal y efímera, que acaba conduciendo al sufrimiento eterno.

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Si intentas olvidarte de mí, es porque siempre me recordarás,
DaCoX

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