La razón, ni me falta, ni me asiste.


Escribo para saber lo que pienso.


............................- DaCoX -..........................

jueves, 28 de febrero de 2013

Pequeño

Correteas por la playa, toda la gente te mira. Sigues corriendo cada vez más rápido, levantas muchísima arena y la gente te grita. Ignoras las quejas y sonríes. Tus pies ya casi se levantan del suelo. El sol te enfoca y decides retarlo, turbando su brillo en el mar. Amplias tus zancadas y corres, corres y corres. Miras al mar. El agua no es un obstáculo para ti, y te diriges eufórico a saltar el horizonte. Cada vez está más cerca y la luz se hace más intensa. Ya lo tienes, y justo al otro lado se encuentra el sol. Saltas y todo se detiene, estás en el aire y el calor te asfixia. Se abalanzan sobre ti los rayos del sol, te arde la retina y tu mirada se parte en dos.

A un lado la luz cegadora que te hace revolverte, y al otro una silueta dominante vestida de blanco te amenaza. Ambas imágenes se intercalan y mezclan, el ser se abalanza sobre ti y de repente oscuridad, sólo oscuridad.


Das media vuelta y mientras el silencio se duerme, tus oídos despiertan. Entreabres los ojos con dificultad y ves frente a ti a tu maleante. Alex te mira desafiante mientras sujeta su bastón. Tú entornas los ojos una y otra vez, ignorando su mirada y todo lo que te rodea.

Un fuerte golpe sin procedencia te hace entrar en razón, abres los ojos instantáneamente y tus pupilas empiezan a adaptarse a la luz para afrontar un nuevo día. Aún algo desorientado, quedas extrañado por la perspectiva. Al mismo tiempo tu cama esta dura y tu cuerpo algo dolorido…

Estás en el suelo, te levantas  y miras a tu alrededor. Piensas: mi pequeño rincón, mi trocito de mundo. Ya sabes dónde estás y ya sabes quién eres. Es tu fortaleza, nada ni nadie pueden perturbarte en su interior, y te sientes grande.

Sales por la puerta y te vas encogiendo poco a poco. La calle es enorme y profunda, apenas llegas a ver el ir y venir de su final. La gente camina de un punto a otro, se mueven, hacen vida, tienen vida…

Y tú que no tienes donde ir, te planteas tu propia existencia. Te sientes pequeño ante tanto movimiento. La gente no mira, van inmersos en sus propios pensamientos, en el egoísmo de la vida y personas que les rodean. No te miran, y si lo hacen es extrañados e incluso con desprecio. Si no eres parte de ellos, no eres parte del mundo. ¿A más de un palmo?, pues no me atañe.

A ti la gente no te importa, ya sabes como son. ¿Los sabes?, ¿o solo eres como ellos?. Te sientes aturdido por la mundanal inmensidad, pero te resistes a quedarte en tu cerco. Quieres conocerlo todo, no puedes ignorar todo lo que alberga, necesitas vivir todas las formas de vida. Quieres tomar parte en todo, pero no formar parte de nada. Quieres gritar y saber hasta dónde llega el sonido, hasta dónde llega el saber.

Entonces comienzas a caminar como ellos, de un lado a otro, en busca del arma que acabe con tu inquietud. No tardas en encontrarla: la realidad. No llegas muy lejos sin que la realidad te de una palmadita y te pregunte qué a dónde vas.

Te sientes aún más pequeño.

Eres incapaz de reaccionar, algo o alguien no te deja. Y acabas temiendo el conocer, limitándote a soñar. Sueñas y sueñas, pero te sientes cada vez más pequeño e indefenso. Y acabas volviendo al único lugar donde te sientes completo, donde eres dueño de tu propio mundo.

Vuelves a la cama y te metes bajo las sábanas, esperando despertar algún día.

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Desde mi rincón,
DaCoX
 

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