La razón, ni me falta, ni me asiste.


Escribo para saber lo que pienso.


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jueves, 5 de junio de 2008

Correspondencia

Esperando el autobús he presenciado una tierna escena entre semejantes de diferente sexo, por supuesto. Sino no seria tan tierna, pero eso es otro tema...

Ninguno de los dos era muy agraciado físicamente, pero iban cogidos de la mano hablando con amorosa complicidad. Eran realmente felices, ambos se sentían amados. Transmitían paz y amor al observar su mutuo comportamiento.

Y es que mejor que amar a una persona, es, además, sentirse amado. Pero cuán difícil es encontrar un amor correspondido, como mínimo, de igual medida.

Tras unas cuantas carantoñas y unas bonitas palabras de despedida, él se dispuso a subir al bus. Vaciló al subirse, se volvió y le pidió a su amada el último beso, al menos del día.

Luego subió por las escaleras (era un autobús de dos plantas) y, desde la parte frontal superior, se despidió de ella definitivamente con un gesto con la mano y una cara de inmensa felicidad, una felicidad contagiosa. Ella sonrió con la misma intensidad y una vez se hubo ido, se quedo pensativa y abrazada a su carpeta como si ésta fuera su amado.

Esto me dio que pensar.

Poco o nada importa el amar a una persona. De nada sirve el amar sin ser correspondido, esto tan solo es sufrimiento, impotencia.

Normalmente (es decir, siempre y más actualmente...) nos vemos atraídos por personas que destacan sobre las demás por su físico (es decir, tías que de solo verlas todos tus sentidos enloquecen, al igual que ellas con nosotros). Esto es un problema, por que a no ser que tu también poseas un físico sobresaliente, no se fijarán en ti.

Muchos/as solo por no poseer un físico a lo que consideran su altura ya no te dan la más mínima oportunidad.

En cambio los protagonistas de esta historia, no deslumbraban físicamente. Probablemente se comenzaron a conocer como amigos, como a una persona más. Y de ahí surgió una mutua relación amor-amistad que acabaría en relación. Se dieron cuenta de que se amaban y lo más importante, que el otro sentía lo mismo. Esto no se puede dejar escapar.

Me alegraron el día, me llenaron de una felicidad desbordante, que más tarde sería sustituida por la envidia. Realmente no era envidia, sino un sentimiento de vacío, de la ausencia de ese sentimiento de amor en mi interior. Tras un rato buscando en mi interior, descubrí que nunca había experimentado esa experiencia, y si lo hice fue de forma efímera, fugaz.

Al rato tras asumir todo lo que se me vino por la cabeza y el torrente de sentimientos, volvió la felicidad a mi. Era maravilloso que ese tipo de sentimientos interpersonales danzaran por el mundo. Lastima que estos sentimientos sean eclipsados por la barbarie que ronda por el mundo. La maldad y la codicia dominan el mundo, pero estas pequeñas cosas son las que mantienen a la humanidad al borde de la destrucción, impidiendo que cruce la frágil línea.

Y es que el amor puede ser maravilloso, sobretodo si superas las barreras físicas y superficiales y encuentras la correspondencia.

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Ajeno a toda historia,
DaCoX

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso que tu dices tambien es un mecanismo de defensa. Cuando las tias imponentes no se fijan en ti piensas: "maldita z***a que se ira con el tipico tio petao o futbolista sin cerebro. pues que le den si es tan superficial y tonta". Gracias a estas cosas uno evita que se le hunda la autoestima. Es un argumento algo tirste pero es lo que hay... xD

un saludo

P.D. No te quejes tanto, que a este ritmo igual tienes novia pronto...xd

peñal#12 dijo...

Por lo que cuentas, si el chaval tenía esa cara de felicidad, seguro que venía de hechar un polvo,jajajaja.
El amor siempre es amor aunque venga de una pareja no tan agraciada, es un sentimiento que no se puede explicar con palabras y que por muchos hechos que hagas nunca podrás plasmar lo que sientes por la otra persona porque todo sera poco.