La razón, ni me falta, ni me asiste.


Escribo para saber lo que pienso.


............................- DaCoX -..........................

lunes, 12 de mayo de 2008

Mis fragmentos de "Un mundo feliz" (de Aldous Huxley)

LA MUERTE.

El mejor de los descansos es el sueño; y tú a menudo lo buscas; sin embargo, temes torpemente la muerte, que es la misma cosa.

-Un mundo feliz-

LA FELICIDAD.

La felicidad real siempre aparece escuálida por comparación con las compensaciones que ofrece la desdicha. Y, naturalmente, la estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la inestabilidad. Estar satisfecho de todo no posee el encanto que supone mantener una lucha justa contra la felicidad, ni el pintoresquismo del combate contra la tentación o contra una pasión fatal o una duda. La felicidad nunca tiene grandeza.

-Un mundo feliz-

LA VIDA.

[..]
-Pero las lágrimas son necesarias. Los jóvenes que aspiraban a casarse con la doncella de Mátsaki tenían que pasarse una mañana cavando en su huerto. Parecía fácil, pero en aquel huerto había moscas y mosquitos mágicos. La mayoría de los jóvenes no podían resistir las picaduras y el escozor; pero el que logró soportar la prueba, se casó con la muchacha.

-Muy hermoso. Pero en los países civilizados se pueden conseguir a las muchachas sin tener que cavar para ellas; y no hay moscas ni mosquitos que le piquen a uno. Hace siglos que nos libramos de ellos.

-Se libraron de ellos. Sí, muy propio de ustedes. Librarse de todo lo desagradable en lugar de aprender a soportarlo. “Es más noble soportar en el alma las pedradas o las flechas de la mala fortuna, o bien alzarse en armas contra un piélago de pesares y acabar con ellos enfrentándose a los mismos...” Pero ustedes no hacen ni una cosa ni otra, ni soportan ni resisten, se limitan a abolir las pedradas y las flechas. Es demasiado fácil.
[..]
-Lo que ustedes necesitan-prosiguió- son lágrimas, para variar. Aquí nada cuesta lo suficiente.

-Un mundo feliz-

MÁS VIDA.

[..]
-Es que a mí me gustan los inconvenientes.

-A nosotros no –dijo el interventor-. Preferimos las cosas con comodidad.

-Pues yo no quiero comodidad. Yo quiero a Dios, quiero poesía, peligro real, libertad, bondad, pecado.

-En suma, usted reclama el derecho a ser desgraciado.

-Muy bien, de acuerdo-dijo el salvaje, en tono de reto-. Reclamo el derecho a ser desgraciado.

-Sin hablar del derecho a envejecer, a volverse feo e impotente, a tener sífilis y cáncer, a pasar hambre, a ser piojoso, a vivir en el temor constante de lo que pueda ocurrir mañana; el derecho, en fin, a ser un hombre atormentado.

-Reclamo todos estos derechos-concluyó el salvaje-.

-Están a su disposición-dijo el interventor encogiéndose de hombros-.

-Un mundo feliz-

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Estas palabras lo dicen todo,
DaCoX

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