Hoy he decidido, con este artículo, hablar por última vez del único ser que ha conseguido sacarme de quicio durante demasiado tiempo. Y en verdad os digo que es una tarea realmente difícil, ya que me considero una de las personas más comprensivas, tolerantes y pacientes de éste mundo dominado por la ira y la desesperación.
Esta persona, como muchos ya sabréis, es la rebautizada como "la loca de los cuchillos" (me abstengo de poner nombre y datos que la comprometan, pese a todo...).
Todo comenzó una noche de enero, no demasiado fría para la época. Todo indicaba que podría ser una gran noche, pues nos juntamos un grupo de gente muy agradable y que SI merecen la pena. La noche no pudo comenzar mejor, todo eran risas y buen rollo igual que antaño. Empezamos también a realizar las típicas fotos de grupo que quedan para la posteridad, donde ya se produjeron movimientos extraños. Ella estratégicamente parecía perseguirme, en cuyo momento no me di cuenta pero luego al analizar las fotos se ve claramente su acercamiento constante hacia mi estúpida persona.
Tras salir de la cena el ambiente, en general, se comenzó a caldear. El alcohol empezó a fluir por nuestras venas como de costumbre un sábado noche. Pero esta noche me excedí inconscientemente. Esto seria mi perdición...
La noche transcurrió sin ningún percance, todo era jolgorio, diversión. Hubo gente que comenzó a irse, otros nos separamos, pero ella seguía ahí...al acecho...
Mientras yo estaba sentado con la cabeza entre las piernas, disfrutando del gran viaje en montaña rusa que estaba experimentando, ella se me acercó sin pudor ninguno y se lanzo cual feroz carnívoro sobre su presa, y la presa...ay la presa!...yo me cago en la presa, que no supo evitar tal violento ataque.
Pobre y estúpido de mí al no darme cuenta de lo que se avecinaba... Pobre y estúpido de mi por caer en sus redes... Pobre y estúpido de mi por cometer uno de los errores, no de los más graves (ya que se pudo quedar simplemente en eso) sino de los más duraderos de mi vida. El error aun me persigue, el error tiene nombre propio.
Con esto quiero decir que vale fue un error, nunca debí acabar con semejante persona, pero lo hice y todo pudo acabar ahí como yo esperaba. Pero no, de eso nada, hoy un año después este continúa ahí, negándose a desaparecer.
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Dedicado: al error del que he aprendido a reírme y al que compadezco.
A los demas os digo: no dejéis de cometer errores, pues estos son necesarios y nos fortalecen, pero eso si, no dejeis que os persigan eternamente.
DaCoX
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