Llego a mi casa, deja de ser sábado noche para ser la mañana del domingo. Un ser se ha apoderado de mi cama. He de dormir en el sofá, poco importa la verdad. Concilio el sueño. Nada ocurre...
El ser abandona mi cama y sale por la puerta. Aprovecho para volver a mi lecho...está caliente...odio esta sensación de que alguien ha estado unos segundos antes en mi cama. Pero no importa, tengo demasiado sueño y estoy aturdido.
Cierro los ojos y seguidamente los abro... estoy al volante. Conduzco poniendo en juego mi vida y la de los que me rodean. Acelero, freno, esquivo, derrapo, delinco hasta detenerme en un gran solar de tierra repleto de coches. Debe de ser un aparcamiento sin señalizar.
Llamo por teléfono a mi padre, le comunico que ya he llegado y que he traído conmigo los tres coches (no me explico de que manera ni de donde han salido los coches, pero así es). Tras quedar para reunirme con él, cuelgo y me dirijo hacia uno de los coches (un Opel Astra). Abro la puerta del copiloto para coger alguna cosa y justo aparecen ellos. Aparecen dos tipos sospechosos a los que apenas visualizo unos segundos. Todo ocurre fugazmente. Cada uno de dirige a una de las puertas delanteras del vehículo, con decisión. El que viene hacia mi posición simplemente me da un sutil brazazo para apartarme. Lo consigue sin ningún tipo de esfuerzo. Arrancan y salen disparados.
Me quedo pasmado. Ha ocurrido todo sin apenas darme cuenta de que me estaban robando el coche. Para mayor asombro las llaves del coche están en mi mano, ¿cómo han arrancado el coche y además con tanta rapidez?. Llamo a mi padre y le comunico lo sucedido. Le tranquilizo diciéndole que aun nos quedan el Golf y el Renault como si de un juego se tratase. No quiere hablarlo por teléfono, me dice que coja el Golf y vaya a verle. Busco el coche sin suerte, no tengo ni idea de donde está.
Un par de vueltas en la cama, un flash y del aparcamiento aparezco en medio de una calle. Delante de mi se encuentra una mujer en ropa interior, podría ser mi madre pero está que se rompe. Se comienza a vestir, me mira lujuriosamente y me hace un gesto para que la siga. Yo lo hago hipnotizado por su belleza. Vaya culo...
Mientras la sigo me cruzo con varias personas que conozco a las que saludo desinteresadamente. Al fin se detiene, en medio de un paso de cebra. Quiere tema, se le nota, lo pide con la mirada. Antes de que pueda pensar el que decirle o el modo de entrarle ya la tengo encima. Encima literalmente. Estamos tirados en medio de la carretera, besándonos apasionadamente.
Pasan unos segundos en los que pienso como es posible que aquello esté ocurriendo. No puedo creer lo fácil que ha sido, no he hecho absolutamente nada para ganármela.
De repente lo comprendo todo... Mientras ella esta tumbada encima de mi como loca noto que algo aumenta su volumen y me presiona el bajo vientre. Grito!, y me despierto sobresaltado. Es una de las pocas mañanas (tarde más bien) en las que mi soldadito no está firme y con ganas de desfilar.
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Nota: El exceso de patatas fritas y cerveza junto con el kebab que cerró la noche provoca este tipo de sueños que en el último momento se vuelven pesadilla.
Saludos desde mi coche robado con mi “chica”,
DaCoX
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