Estoy en mi casa, viendo lo que parece ser una carrera ciclista donde anuncian a diez clasificados para algún tipo de final. Inmediatamente me teletransporto inconscientemente a un parque.
En éste hay mucho revuelo, gente por todas partes. Adultos conversando, niños correteando, un escenario, un podio y mucha gente familiar pero irreconocible.
Aparezco bicicleta en mano en aquel lugar y oigo por megafonía mi nombre. Parezco ser uno de los finalistas que aparecían por televisión.
Me subo en la bici y decido ir a hacer el cabra por el parque. Voy a gran velocidad, hago saltos y cosas imposibles. Hasta que llego a un charco de agua enorme que creo poder saltear desde donde me encontraba. Me equivoqué, caí en él, avancé unos metros a gran velocidad hasta que se me levanto la rueda de atrás y caí de boca.
No siento ningún tipo de dolor físico, pero si por dentro al ver la rueda de mi bici destrozada. Ahora no podría competir...con la inexplicable ilusión que me hacía...
Hablo con varias personas que allí se encuentran y parecen lamentar mucho lo sucedido. Pero ninguna me ofrece su ayuda.
De nuevo me teletransporto, estoy en mi casa de nuevo, móvil en mano y mirando el reloj. Quedan escasos minutos para el comienzo de la competición.
Llamo al que recuerdo tenía bici y vive más cercano a mí. El móvil me vacila, las teclas se pulsan solas y las llamadas no se realizan. Por fin lo consigo. Al que llamo (S.M), cruelmente me dice que si que tiene bici pero que no me la va a dejar. Yo, furioso, estampo el móvil contra la pared. Me siento tremendamente mal, impotente...
Sin darme cuenta este sentimiento desaparece, ahora estoy en otro lugar, parece que se desarrolla otro tipo de historia ajena a ésta.
Estoy con otro amigo (M.I), estamos sentados en la terraza de un bar. Él esta cortando una enorme lechuga, yo mirando. La camarera insiste un par de veces en que si queremos tomar algo y a la segunda negativa nos dice que abandonemos la mesa.
Nos vamos y aparecen más amigos. Aparecen dos personas (N y C) y empezamos a reírnos. Yo desde la lejanía comienzo a insultarlas. Al final decido esconderme. Mis amigos me buscan y vienen detrás riéndose.
Suena la alarma del móvil. Hora de levantarse, hora de ir a la universidad. No me apetece, estoy perro y además anoche me acosté muy tarde. Apago la alarma y tras varios chillidos y quejas de mi madre concilio el sueño de nuevo.
No seáis como yo,
DaCoX
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