El monstruo del mar muerto: "Su gente"

La noche hace que sea el lugar idóneo para todo tipo de reuniones entre semejantes. No todos pueden entrar, pues posee, involuntariamente, un campo protector que impide que los indeseables, por decisión propia, no entren en “el lugar”. Maravilloso y efectivo sistema, ya lo creo.

Aunque el sistema también falla, nada es perfecto... En ocasiones algún indeseable guiado por su ignorancia se cuela en “el lugar”, pero poco es el tiempo que pasa desde que entra hasta que sale arrepentido de su errónea decisión.

Estas personas son incapaces de soportar el ambiente que allí se respira. No soportan ver el mundo real, no soportan encontrarse con su verdadero yo, no soportan tener que sacar a flote su propia personalidad (si es que la tienen o la han perdido ya por completo). Y es que hacer vida en “el lugar” no es nada fácil, mucho menos para ellos.

Allí no te protege tu mascara, allí tu mascara es destruida nada más pisar el firme suelo de la realidad que lo envuelve. A la gente le asusta mostrarse desnuda ante el mundo, le asusta el mundo.

“El lugar” atrae a las personas que son capaces de oír sus cánticos de sirena. Y si eres capaz de oírlos, eres incapaz de evitarlos. “El lugar” tiene lo que quieres, tiene lo que buscas, es lo que necesitas.

Dentro el tiempo se detiene, “el lugar” te absorbe, olvidas que hay una salida y que fuera el mundo sigue su curso devastador. Todo el que no se encuentra en él, no existe. Puede parecer triste o cruel esta reflexión de aislamiento, pero no lo es en absoluto, pues dentro tienes todo lo que necesitas y a los que merecen estar a tu lado. Los demás ya tuvieron su oportunidad y la rechazaron.

Todo el mundo es bienvenido en “el lugar”, es la gente la que decide dar de lado a éste. El que no se encuentra en “el lugar” aparentemente es por su deseo propio de no querer estar en él, pero no es así, esto es sólo un parte. En realidad no están en él por que no merecen estarlo. De ahí su magia. Es maravilloso el filtro natural que posee.

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Dedicado: A todos los que frecuentan “el lugar”.

Nos veremos por allí,
DaCoX